Son dos tecnologías de marca mayor en la lucha contra el cáncer, y ambas fueron inauguradas ayer en la Fundación Arturo López Pérez (Falp). Se trata del primer ciclotrón privado del país, un acelerador de partículas encerrado en un búnker de paredes de hormigón de dos metros de grosor. Este aparato permitirá producir sustancias radioactivas para estudiar diversos tipos de tumores.
Simultáneamente, comenzó a funcionar un PET-CT de última generación, que hasta ahora sólo se ha instalado en Chile. Se trata de un escáner con tecnología de punta que capta la luz que emiten los elementos radiactivos que se inyectan al cáncer, detectando con precisión tumores de apenas dos milímetros de diámetro.
Células glotonas
“El ciclotrón nos permite producir elementos radiactivos como el flúor 18, el que luego podemos combinar con distintas sustancias -por ejemplo glucosa- para visualizar con alta precisión tumores como el de pulmón o hígado”, explica el doctor Horacio Amaral, director del Centro de Medicina Nuclear de la Falp.
Según explica, las células cancerosas tienen un metabolismo más acelerado de lo normal, por lo cual son más glotonas y comen más glucosa, para así tener energía. “Gracias a que la glucosa está marcada con flúor 18, después en el PET-CT observamos nítido el tumor que está marcado con esta sustancia”, dice Amaral.
Toda esta tecnología permite cambiar el tratamiento que se hará a un tercio de los pacientes con cáncer. Es decir, de tres pacientes a los que se les dice que deben operarse para extirpar un cáncer, después de esta evaluación, uno no tendrá que entrar a pabellón y estará mejor con otra terapia. Al revés, de tres pacientes que no deben operarse, después de ser estudiados uno tendrá que recurrir a la cirugía como mejor tratamiento.
“Esto nos permite tener una medicina más personalizada, brindar mejores terapias y que sean costo-efectivas, es decir, que nos permiten ahorrar dinero”, dice Amaral.
Y para cerrar este círculo virtuoso, el Presidente Sebastián Piñera, que asistió a la inauguración, anunció la creación de un código especial de Fonasa para que la mayoría de las personas pueda acceder a esta prestación.
Asimismo, el examen será incorporado a las prestaciones GES para estudiar pacientes con linfoma, lo que permitirá masificar el uso de esta avanzada tecnología.